Daniel Fernández se siente de Jinámar a pesar de haber nacido en Madrid hace 55 años. Son muchos sus años ya en Gran Canaria, los mismos casi como vecino de barrio. En Los Cedros del Cortijo es uno más pero también una persona muy especial. Así lo sienten sus vecinos, no hay más que preguntarle a cualquiera: Esperanza, Reinaldo… “Es un puntal”.
Dani o Dani yoga, como lo llaman quienes lo conocen, tiene vocación de servicio desde niño. “Está pendiente de todo y de todos”, dicen en Jinámar. Es su motivo de vida. Una misión que, tras la falta de su inspiración y compañera M. Carmen Torres fundadora de la Asociación de Vecinos Los Cedros del Cortijo, se ha propuesto abanderar. Confía en Jinámar en nuestras manos; “en los avances y cambios que este puede aportar a su gente, personas sencillas y valientes que luchan por sacar a sus hijos adelante”.