
«Comenzamos el nuevo formato,
El Cafecito,
donde tres vecinos y vecinas del barrio
se tomarán un café
acompañado de una buena charla.
Este primer encuentro será en La Bombo.
Luis, el encargado del establecimiento,
nos contará cuál es su especialidad.
La Bombo es un establecimiento
que está en Jinámar.
Tenemos hamburguesas, perritos, sándwich,
nos dedicamos a los kebab, a las pizzas.
Son 12 años ya, que hemos ido mejorando,
tenemos mucha clientela.
Antes éramos un local más pequeño
y nos dedicamos al servicio a domicilio.
Ahora, en este establecimiento
hay más capacidad.
Oye, Luis
¿por qué es el lugar ideal
para tomarnos el cafecito?
Para mí es ideal para tomarse un cafecito
porque está en un buen sitio,
está cerca,
somos bastante económicos
y es un lugar bastante acogedor.
Ahora que tenemos claro el lugar,
vamos a conocer a nuestros protagonistas.
El primer invitado
se llama Pedro, natural de Gáldar
y aficionado al trail.
Pedro lleva cuatro años
trabajando en Jinámar en Nuestras Manos.
Nuestro segundo invitado
es de toda la vida de Jinámar.
Se llama José Manuel,
aunque todo el mundo lo conoce
como Guanche.
Y por último, nuestra querida artista
Rosaura, presidenta de Jinamarte
y aunque lleva 38 años en Jinámar,
es natural de Lanzarote.
Y ahora que estamos todos, comenzamos.
Si me conocen,
yo soy El Guanche del Padre Báez.
Yo nací en un barrio,
en un barrio como Jinámar.
La forma de mirarme, de tratarme,
las cosas que me dice,
y cómo me las dice.
Bueno, nos vamos a presentar ¿no?
Mi nombre es Pedro,
soy miembro del equipo de Intervención
Comunitaria del Plan
Integral del Valle de Jinámar.
Yo me llamo Rosaura,
soy de Jinamarte
de teatro, del grupo de teatro.
¿Y usted?
Yo soy de Jinámar,
me llamo José Manuel,
soy un pensionista
y tengo mis animalitos
mi tierrita y en fin,
el día a día
que vamos haciendo las cosas,
allá me llaman y allá voy,
ayuda a las personas en un sentido
de buena fe.
¿Cuántos años viviendo aquí?
Toda la vida. ¿Toda la vida? Toda la vida.
Toda la vida viviendo en Jinámar.
Y a mi Jinámar no hay quien me la quite,
porque Jinámar tiene algo especial.
¿Y en qué zona se crió usted de Jinámar?
Ahora mismo te digo,
de aquí de donde estamos
a 100 metros,
O sea en el pueblo.
En el pueblo, nací en un bodegón.
¿Y a qué se dedica usted?
Se me conoce porque yo soy El Guanche del Padre Báez
y me conoce medio mundo.
A los ocho años dejé el colegio,
me fui a trabajar en invernaderos
porque en esa época no se ganaba dinero.
Un tío mío me reclamó,
por parte de mi madre en San Andrés
para trabajar
como un tipo medio supermercado,
pero ya era una tiendita.
Estuve hasta los 15 años
y a los 15 años vine.
No me meto
en una tienda y menos en un bar.
Fíjate tú
que cuando terminaba los domingos
a mediodía me daban seis pesetas
las cinco pesetas
para la entrada y la peseta para el polo.
Imagínate tú.
Y entonces vine
aquí cerca había un taller
que era de mi tío,
me metí de mecánico.
Y tú Rosaura
¿Cuánto tiempo lleva aquí en Jinámar?
Pues ahora mismo llevo 38 años.
Llegué, me casé con un canario.
Yo soy conejera.
Te enamoraste de un canario.
Y me enamoré de un canario
y entonces nos vinimos a vivir a Las Palmas.
Nos dieron la casa aquí en el Valle.
Lo primero
que cuando iba a venir a vivir aquí
y estaba súper asustada. Vale.
Y entonces cuando
ya empecé a vivir aquí, al principio,
al principio de todos los principios,
la gente me preguntaba,
me decían ¿dónde vive?
Yo en Telde,
en Telde.
Yo en Telde, yo vivo en Telde.
Pero después ya cuando ya empecé
a vivir, a caminar aquí, a convivir,
ya fue todo diferente,
ya yo quiero a Jinámar, pero muchísimo.
¿Cambió tu percepción sobre el barrio?
Por supuestísimo.
Por supuestísimo.
Mucha gente buena.
Mucha gente buena en el camino.
A mí precisamente me pasó
similar a ti Rosaura,
porque mi familia procede de,
bueno, yo soy de Gáldar
y tienen una vivienda
de protección oficial
en San Isidro que se llama La Enconada,
y yo nací en un barrio,
en un barrio como Jinámar.
Entonces la mirada que yo tenía
cuando veía el barrio
era una mirada como tiene que ser,
libre de estigmas.
Rosaura, como eres actriz,
a ver si luego nos interpretas algo,
pero primero cuéntanos
¿Cómo empezó Jinamarte?
Nosotros empezamos
en la Asociación de Flora Tristán,
empezamos ahí
con Blanca Rodríguez,
pero bueno, después llegó la pandemia
y nos cogió
Sergio Placeres,
otro profesor de Telde, también
de teatro,
y estábamos ensayando en los parques,
porque claro, la asociación
no nos dejaban ensayar
porque éramos muchos
y como teníamos tantas ganas de empezar
el parque
en cualquier rincón, además
la gente se asomaba al balcón,
era maravilloso,
la gente se asomaba al balcón
y nos aplaudía.
Eso mejor sitio imposible.
Hasta que luego hablamos con Suso
de la Rondalla.
De la asociación Entre Amigos.
La asociación Entre Amigos, exacto.
Y le dijimos que si podíamos ensayar
en el patio. Y él nos dijo,
sin ningún problema, nos abrió la puerta,
ahí estamos.
Ahora mismo sería un año largo y formamos
la asociación
que se llama Jinamarte.
Jinamarte,
Jinámar, arte y amor.
¡Que bonito!
Y tenemos un grupo fantástico
de veintitantas personas
que están viniendo y haciendo proyectos.
Y para usted
¿qué significa trabajar en Jinámar?
Para mí
significa una gran oportunidad,
un gran reto y un gran desafío.
Y sobre todo, muchísima responsabilidad.
La verdad que
cuando empecé a trabajar en el barrio
me acuerdo
que mis compañeros de trabajo
me llevaron a la zona del Mirador,
que desde El Mirador
hay unas vistas increíbles
al barrio de Jinámar.
Y cuando empecé fue como
voy a trabajar en este barrio
que es gigante,
porque realmente yo a Jinámar
no lo conocía
hasta que llegué empecé a trabajar
y entonces cuando he empezado
a llevar a cabo este conjunto de
esta coordinación y gestión
de conjunto de acciones
en el Plan Integral del Valle de Jinámar,
ha sido
una oportunidad
para poderme desarrollar
profesionalmente.
Jinámar ha cambiado muchísimo y para bien
y para bien.
Cuando yo llegué
no es que encontrara nada malo ni nada
mal puesto en su sitio, sino que yo
creo que la gente en esa época
estaba como más dispersa,
estaba menos en contacto con la gente,
se veía como más un pueblo,
una ciudad dormitorio,
como podríamos decir.
Pero hoy en día
que la gente sale, se reúne,
hay sitios
donde la gente puede encontrarse
en el parque.
El parque también
le ha dado muchísima vida a Jinámar.
El parque de las mil palmeras.
Exacto.
Nuestro rastro.
Pedro, explícanos
¿para qué se ha realizado el Plan Integral del Valle de Jinámar?
El fin del Plan Integral
del Valle de Jinámar
es mejorar la calidad de vida
de los vecinos y las vecinas del barrio,
porque al fin y al cabo,
todos y todas queremos ser felices.
La felicidad es lo que nos mueve.
La felicidad también supone un
por ejemplo, yo les hablo de mi
subirme al escenario.
Yo he descubierto que ahora
que ya en esta edad que tengo 62 años y
lo digo con mucho orgullo, me subí hace ya
como ocho años como actriz profesional
con Los Profetas,
que fue cinco días actuando y
y como aquel público se levantaba
y se ponía de pie
y yo decía Dios mío
y todas las noches lloraba.
Te cargabas todas las emociones de la gente ¿no?
Es que sales tan llena,
aunque sólo haya a lo mejor
cinco espectadores allí viéndote,
pero ellos
si se levantan o disfrutan el rato,
ya no que se levanten,
sino que
estén disfrutando
porque no se han levantado
y no se han ido.
Eso quiere decir que lo que están viendo
les está gustando.
Ya con eso te vas súper satisfecha.
Es lo que transmites,
es el transmitir hacia las personas
sino transmites nada es porque vacío estamos.
Cuando lo hacemos de corazón, de amor
y transmite,
eso llega muy profundo.
Pero justamente en estos momentos para mí
la felicidad, por ejemplo, sería
voy a ser padre pronto,
voy a formar una familia,
yo tengo tres.
Tengo una niña ahora
en el mes de diciembre, enhorabuena.
Muy bien, muy bien,
muy bien hombre,
la verdad que
feliz,
pero hombre, ser padre por primera vez.
Cuando seas padre comerás huevos.
José Manuel insístele a Rosaura
para que nos interprete algo,
a ver si a ti te hace caso.
A ver Rosaura, tú que eres actriz,
¿nos vas a interpretar algo hoy?
Claro.
Ya que estamos en el cafecito.
¡Claro que sí!
Y además esto viene al pelo, viene al pelo.
No siempre sabes
pero a ratos hay algo en él,
en sus ojos, en su mirada,
en su silencio. Hay algo en él.
¿No lo han notado? Inexplicablemente oscuro
y tenebroso.
Su actitud entonces conmigo,
la forma de mirarme, de tratarme,
las cosas que me dice, cómo me las dice,
aunque no me hable de amor,
aunque eso no se puede definir
porque es terrible,
porque a mí me atrae y me apasiona
y siento por momentos
que hemos estado juntos
o que vamos a estar juntos.
Aunque esto no significa
que exista en mí algo anormal.
¿Es que acaso soy yo
la única mujer que lo siente?
Aunque no puedo explicarlo, en ocasiones
él reacciona alarmado,
arrepentido quizás
de haber descubierto su verdadera alma,
su silencio, sus ojos, su mirada,
lo convierten en un hombre corriente
que se cubre
de esa capa insulsa y hueca
que la gente llama simpatía personal.
Pero entre él
y yo no tenemos nada en común
y me molesta
que me hable de amor y me encrispa
y siento por momentos que lo detesto.
Bueno, ya lo he contado.
Ya lo saben todo de mí.
Aunque ellos se pegarían
toda la tarde de charla y tertulia,
nosotros nos vamos.
Ah, sí, se nos olvidaba.
¡La cuenta por favor!
Nos vemos en el siguiente de El Cafecito.
¡Niño, la cuenta!»