EL CAFECITO CON JOSE MANUEL, ROSAURA Y PEDRO

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El Cafecito llega a Jinámar.
¿Quienes serán nuestros/as invitados/as?❔
Te adelantamos…
Uno es famoso, otra es actriz y el tercero trabaja para mejorar la calidad de vida de la ciudadanía del barrio.
y, ¿el lugar?
Nuestros anfitriones son conocidos por llevar 12 años en el barrio ofreciendo buena comida; hamburguesas, kebab, perritos calientes..
Se puede decir que el establecimiento es “La Bomba”
Ya no damos más pistas. Haz click en el video y coméntanos qué te ha parecido.
 

 

 

 

 

 


«Comenzamos el nuevo formato,


El Cafecito,


donde tres vecinos y vecinas del barrio


se tomarán un café


acompañado de una buena charla.


Este primer encuentro será en La Bombo.


Luis, el encargado del establecimiento,


nos contará cuál es su especialidad.


La Bombo es un establecimiento


que está en Jinámar.


Tenemos hamburguesas, perritos, sándwich,


nos dedicamos a los kebab, a las pizzas.


Son 12 años ya, que hemos ido mejorando,


tenemos mucha clientela.


Antes éramos un local más pequeño


y nos dedicamos al servicio a domicilio.


Ahora, en este establecimiento


hay más capacidad.


Oye, Luis


¿por qué es el lugar ideal


para tomarnos el cafecito?


Para mí es ideal para tomarse un cafecito


porque está en un buen sitio,


está cerca,


somos bastante económicos


y es un lugar bastante acogedor.


Ahora que tenemos claro el lugar,


vamos a conocer a nuestros protagonistas.


El primer invitado


se llama Pedro, natural de Gáldar


y aficionado al trail.


Pedro lleva cuatro años


trabajando en Jinámar en Nuestras Manos.


Nuestro segundo invitado


es de toda la vida de Jinámar.


Se llama José Manuel,


aunque todo el mundo lo conoce


como Guanche.


Y por último, nuestra querida artista


Rosaura, presidenta de Jinamarte


y aunque lleva 38 años en Jinámar,


es natural de Lanzarote.


Y ahora que estamos todos, comenzamos.


Si me conocen,


yo soy El Guanche del Padre Báez.


Yo nací en un barrio,


en un barrio como Jinámar.


La forma de mirarme, de tratarme,


las cosas que me dice,


y cómo me las dice.


Bueno, nos vamos a presentar ¿no?


Mi nombre es Pedro,


soy miembro del equipo de Intervención


Comunitaria del Plan


Integral del Valle de Jinámar.


Yo me llamo Rosaura,


soy de Jinamarte


de teatro, del grupo de teatro.


¿Y usted?


Yo soy de Jinámar,


me llamo José Manuel,


soy un pensionista


y tengo mis animalitos


mi tierrita y en fin,


el día a día


que vamos haciendo las cosas,


allá me llaman y allá voy,


ayuda a las personas en un sentido


de buena fe.


¿Cuántos años viviendo aquí?


Toda la vida. ¿Toda la vida? Toda la vida.


Toda la vida viviendo en Jinámar.


Y a mi Jinámar no hay quien me la quite,


porque Jinámar tiene algo especial.


¿Y en qué zona se crió usted de Jinámar?


Ahora mismo te digo,


de aquí de donde estamos


a 100 metros,


O sea en el pueblo.


En el pueblo, nací en un bodegón.


¿Y a qué se dedica usted?


Se me conoce porque yo soy El Guanche del Padre Báez


y me conoce medio mundo.


A los ocho años dejé el colegio,


me fui a trabajar en invernaderos


porque en esa época no se ganaba dinero.


Un tío mío me reclamó,


por parte de mi madre en San Andrés


para trabajar


como un tipo medio supermercado,


pero ya era una tiendita.


Estuve hasta los 15 años


y a los 15 años vine.


No me meto


en una tienda y menos en un bar.


Fíjate tú


que cuando terminaba los domingos


a mediodía me daban seis pesetas


las cinco pesetas


para la entrada y la peseta para el polo.


Imagínate tú.


Y entonces vine


aquí cerca había un taller


que era de mi tío,


me metí de mecánico.


Y tú Rosaura


¿Cuánto tiempo lleva aquí en Jinámar?


Pues ahora mismo llevo 38 años.


Llegué, me casé con un canario.


Yo soy conejera.


Te enamoraste de un canario.


Y me enamoré de un canario


y entonces nos vinimos a vivir a Las Palmas.


Nos dieron la casa aquí en el Valle.


Lo primero


que cuando iba a venir a vivir aquí


y estaba súper asustada. Vale.


Y entonces cuando


ya empecé a vivir aquí, al principio,


al principio de todos los principios,


la gente me preguntaba,


me decían ¿dónde vive?


Yo en Telde,


en Telde.


Yo en Telde, yo vivo en Telde.


Pero después ya cuando ya empecé


a vivir, a caminar aquí, a convivir,


ya fue todo diferente,


ya yo quiero a Jinámar, pero muchísimo.


¿Cambió tu percepción sobre el barrio?


Por supuestísimo.


Por supuestísimo.


Mucha gente buena.


Mucha gente buena en el camino.


A mí precisamente me pasó


similar a ti Rosaura,


porque mi familia procede de,


bueno, yo soy de Gáldar


y tienen una vivienda


de protección oficial


en San Isidro que se llama La Enconada,


y yo nací en un barrio,


en un barrio como Jinámar.


Entonces la mirada que yo tenía


cuando veía el barrio


era una mirada como tiene que ser,


libre de estigmas.


Rosaura, como eres actriz,


a ver si luego nos interpretas algo,


pero primero cuéntanos


¿Cómo empezó Jinamarte?


Nosotros empezamos


en la Asociación de Flora Tristán,


empezamos ahí


con Blanca Rodríguez,


pero bueno, después llegó la pandemia


y nos cogió


Sergio Placeres,


otro profesor de Telde, también


de teatro,


y estábamos ensayando en los parques,


porque claro, la asociación


no nos dejaban ensayar


porque éramos muchos


y como teníamos tantas ganas de empezar


el parque


en cualquier rincón, además


la gente se asomaba al balcón,


era maravilloso,


la gente se asomaba al balcón


y nos aplaudía.


Eso mejor sitio imposible.


Hasta que luego hablamos con Suso


de la Rondalla.


De la asociación Entre Amigos.


La asociación Entre Amigos, exacto.


Y le dijimos que si podíamos ensayar


en el patio. Y él nos dijo,


sin ningún problema, nos abrió la puerta,


ahí estamos.


Ahora mismo sería un año largo y formamos


la asociación


que se llama Jinamarte.


Jinamarte,


Jinámar, arte y amor.


¡Que bonito!


Y tenemos un grupo fantástico


de veintitantas personas


que están viniendo y haciendo proyectos.


Y para usted


¿qué significa trabajar en Jinámar?


Para mí


significa una gran oportunidad,


un gran reto y un gran desafío.


Y sobre todo, muchísima responsabilidad.


La verdad que


cuando empecé a trabajar en el barrio


me acuerdo


que mis compañeros de trabajo


me llevaron a la zona del Mirador,


que desde El Mirador


hay unas vistas increíbles


al barrio de Jinámar.


Y cuando empecé fue como


voy a trabajar en este barrio


que es gigante,


porque realmente yo a Jinámar


no lo conocía


hasta que llegué empecé a trabajar


y entonces cuando he empezado


a llevar a cabo este conjunto de


esta coordinación y gestión


de conjunto de acciones


en el Plan Integral del Valle de Jinámar,


ha sido


una oportunidad


para poderme desarrollar


profesionalmente.


Jinámar ha cambiado muchísimo y para bien


y para bien.


Cuando yo llegué


no es que encontrara nada malo ni nada


mal puesto en su sitio, sino que yo


creo que la gente en esa época


estaba como más dispersa,


estaba menos en contacto con la gente,


se veía como más un pueblo,


una ciudad dormitorio,


como podríamos decir.


Pero hoy en día


que la gente sale, se reúne,


hay sitios


donde la gente puede encontrarse


en el parque.


El parque también


le ha dado muchísima vida a Jinámar.


El parque de las mil palmeras.


Exacto.


Nuestro rastro.


Pedro, explícanos


¿para qué se ha realizado el Plan Integral del Valle de Jinámar?


El fin del Plan Integral


del Valle de Jinámar


es mejorar la calidad de vida


de los vecinos y las vecinas del barrio,


porque al fin y al cabo,


todos y todas queremos ser felices.


La felicidad es lo que nos mueve.


La felicidad también supone un


por ejemplo, yo les hablo de mi


subirme al escenario.


Yo he descubierto que ahora


que ya en esta edad que tengo 62 años y


lo digo con mucho orgullo, me subí hace ya


como ocho años como actriz profesional


con Los Profetas,


que fue cinco días actuando y


y como aquel público se levantaba


y se ponía de pie


y yo decía Dios mío


y todas las noches lloraba.


Te cargabas todas las emociones de la gente ¿no?


Es que sales tan llena,


aunque sólo haya a lo mejor


cinco espectadores allí viéndote,


pero ellos


si se levantan o disfrutan el rato,


ya no que se levanten,


sino que


estén disfrutando


porque no se han levantado


y no se han ido.


Eso quiere decir que lo que están viendo


les está gustando.


Ya con eso te vas súper satisfecha.


Es lo que transmites,


es el transmitir hacia las personas


sino transmites nada es porque vacío estamos.


Cuando lo hacemos de corazón, de amor


y transmite,


eso llega muy profundo.


Pero justamente en estos momentos para mí


la felicidad, por ejemplo, sería


voy a ser padre pronto,


voy a formar una familia,


yo tengo tres.


Tengo una niña ahora


en el mes de diciembre, enhorabuena.


Muy bien, muy bien,


muy bien hombre,


la verdad que


feliz,


pero hombre, ser padre por primera vez.


Cuando seas padre comerás huevos.


José Manuel insístele a Rosaura


para que nos interprete algo,


a ver si a ti te hace caso.


A ver Rosaura, tú que eres actriz,


¿nos vas a interpretar algo hoy?


Claro.


Ya que estamos en el cafecito.


¡Claro que sí!


Y además esto viene al pelo, viene al pelo.


No siempre sabes


pero a ratos hay algo en él,


en sus ojos, en su mirada,


en su silencio. Hay algo en él.


¿No lo han notado? Inexplicablemente oscuro


y tenebroso.


Su actitud entonces conmigo,


la forma de mirarme, de tratarme,


las cosas que me dice, cómo me las dice,


aunque no me hable de amor,


aunque eso no se puede definir


porque es terrible,


porque a mí me atrae y me apasiona


y siento por momentos


que hemos estado juntos


o que vamos a estar juntos.


Aunque esto no significa


que exista en mí algo anormal.


¿Es que acaso soy yo


la única mujer que lo siente?


Aunque no puedo explicarlo, en ocasiones


él reacciona alarmado,


arrepentido quizás


de haber descubierto su verdadera alma,


su silencio, sus ojos, su mirada,


lo convierten en un hombre corriente


que se cubre


de esa capa insulsa y hueca


que la gente llama simpatía personal.


Pero entre él


y yo no tenemos nada en común


y me molesta


que me hable de amor y me encrispa


y siento por momentos que lo detesto.


Bueno, ya lo he contado.

Ya lo saben todo de mí.


Aunque ellos se pegarían


toda la tarde de charla y tertulia,


nosotros nos vamos.


Ah, sí, se nos olvidaba.


¡La cuenta por favor!


Nos vemos en el siguiente de El Cafecito.


¡Niño, la cuenta!»

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