y Club Deportivo Axinámar y, con la financiación del
La idea principal era sacar niños de la calle. Vine un día con mi hijo y con Lupe, vi que el proyecto era bueno, que las niñas podían, que había un buen grupo de chiquillas y me quedé.
Empecé con dos niñas, solamente durante dos semanas y ahora hay equipo de niñas pequeñas y niñas grandes.
He decidido venir aquí a Jinámar porque me habían hablado muy bien sobre este equipo y este club y, siendo este pabellón nuevo, supuse que iban a ser buenos entrenadores y ni me confundí.
Después de 18 años sin el voleibol en Jinámar, es un logro porque yo creía que estaba perdido.
El voleibol es un deporte que es muy técnico. Siempre estás en movimiento, movimiento, movimiento. Para aguantar los 5 sets, tienes que tener una buena física.
Nos preparamos, nos ponemos las rodilleras, entrenamos, calentamos y después ya vamos jugando un partido y practicando algunas técnicas para mejorar y llegar a ser en un futuro profesionales.
Yo siento adrenalina porque no sé cuándo me va a venir el balón y tengo que estar preparada.
Somos un equipo, tanto dentro como fuera del campo. Eso es una de las cosas que queremos también transmitirles a las niñas, que seamos familia, seamos piña.
Lo que más me gusta de este deporte es hacerlo en equipo. Están muy bien, están bastantes motivadas, vienen con bastantes ganas.
Antes no sabía nada sobre este deporte y he aprendido bastantes cosas. Y aunque no sepan, no importa, aquí se les enseña todo lo que se les vaya a enseñar y que se animen a hacer este deporte.
Me parece muy bien que el Plan Integral del Valle de Jinámar saque adelante este tipo de proyectos, es una forma de distraerse, y aparte, evolucionar como persona.
Siento que es un equipo que tiene mucho valor. Me olvido de todo y vengo a entrenar y a hacer deporte que es importante para la salud.
¡Axinámar!